Diamantes
Diamante
El Diamante, es la piedra preciosa por excelencia.
La mayoría de diamantes naturales tardan en formarse entre 1.000 y 3.300 millones de años, en condiciones de presión alta y temperatura alta y a profundidades de entre 140 a 190 km, de ahí su gran valor.
El diamante es la piedra preciosa más dura y no se desgasta con el paso del tiempo, manteniendo de por vida toda su belleza e intensidad, por eso tiene un valor como compromiso de amor eterno entre dos personas.
También es la piedra preciosas más pura, blanca y brillante, ya que su estructura cristalina tiene pocas impurezas, le otorga una gran transparencia y tiene una increíble capacidad para dispersar luz de diferentes colores creando un brillo único.
La escasez de determinados tamaños, colores y pureza de diamantes lo convierten en una inversión que multiplica su valor con el paso del tiempo.
Cuando se trata de elegir un diamante, existen muchas características y factores de calidad que pueden determinar el brillo, el brillo y el impacto estético general de la piedra.
ELEMENTOS A TENER EN CUENTA AL ADQUIRIR UN DIAMANTE.
• PESO, quilates
• COLOR
• PUREZA
• TALLA
Quilate
El peso de un diamante se expresa universalmente en quilates. 1 ct = 0,2 gramos según la norma internacional de 1907. El quilate se divide en 100 puntos, por ejemplo un diamante de 0,25 cts equivale a 25 puntos.
La Talla
Al elegir un diamante, la primera decisión que se debe tomar es qué talla prefieres. Los diamantes vienen en una amplia gama de formas, siendo la más popular la talla brillante (redonda), que la mayoría de la gente reconocerá como la forma clásica para un anillo de estilo solitario. Otras comunes incluyen corte oval, corte esmeralda, corte pera, corte marquís, corte asscher, corte princesa y corte trillón, junto con otras tallas más inusuales, cada una con sus propias cualidades únicas para adaptarse a diferentes estilos y preferencias.
La talla perfecta consigue que la mayoría de la luz que entra en él salga reflejada.
Si la talla del diamante no es buena mucha luz no se reflejará, perdiendo este gran parte de su atractivo.
El Color
El color de un diamante mide su grado de transparencia e influye en la belleza y en el precio del mismo. El color se refiere al color natural del cuerpo de un diamante y no al reflejo de los colores espectrales que parpadean cuando se mueve un diamante. La mayoría de los diamantes exhiben naturalmente ligeros toques de amarillo, marrón o gris, por lo que cuanto menos color exhibe un diamante, mayor es su valor debido a la rareza del material incoloro. La calidad del color se clasifica mediante un sistema alfabético, que va de la D (sin color) a la Z (amarillo claro). Cada grado de letra representa un rango de color.
¿QUIÉN DETERMINA EL COLOR DE UN DIAMANTE?
Los laboratorios gemológicos emiten certificados de diamantes dónde se incluye su grado de color.
Para ello utilizan equipos especiales y comparan cada diamante con un juego "maestro" de diamantes.
El certificado gemológico es la mejor garantía para confirmar el color real de un diamante.
LA ESCALA DE COLORES
La escala de colores más usada hoy en día es la del laboratorio gemológico G.I.A.
Esta escala ordena el color de los diamantes desde la letra D (incoloro), hasta la Z (amarillo o marrón).
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¿CÓMO INFLUYE EL COLOR EN LOS DIAMANTES?
Cuanto más blanco es un diamante mayor es la cantidad de luz que puede recibir.
La luz que entra por el diamante, al reflejarse en sus facetas, vuelve a salir en forma de brillos y centelleos.
Al recibir más luz, un diamante incoloro tiene más vida y fuego que otro con menor grado de color.
Los diamantes incoloros son más escasos y más difíciles de encontrar, lo que aumenta su precio considerablemente y los hace más atractivos para clientes adinerados e inversores.
- Si el diamante es muy plano o muy profundo, perderá mucha luz y brillará menos.
La Pureza
Los diamantes se forman durante miles de años bajo una enorme presión y a temperaturas muy elevadas. Ese proceso deja en cada diamante unas inclusiones (marcas internas) que determinan su grado de pureza. Prácticamente todos los diamantes contienen inclusiones internas naturales. Por lo general, se trata de materiales extraños, como carbono u otros minerales que quedaron atrapados dentro del diamante a medida que crecía a su alrededor, o inclusiones claras, como fracturas y pequeñas imperfecciones en la estructura del diamante. El tamaño, la naturaleza, la ubicación y la cantidad de inclusiones determinan el grado de pureza de un diamante y afectan su valor.
Cada diamante tiene un "mapa de pureza" único e irrepetible, lo que ayuda a distinguirlo de los diamantes falsos, sintéticos y de los tratados artificialmente.
ESCALA DE PUREZA DEL DIAMANTE
La escala de pureza más usada, del laboratorio gemológico G.I.A., se divide en 11 grados que van, desde el mayor grado de pureza (FL o Flawless , "Sin Defectos") al grado I (inclusiones visibles a simple vista).
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Los diamantes más puros (con menos inclusiones) son escasos y cada día más difíciles de encontrar.
Por otro lado, cuanto más puro es un diamante más cantidad de luz recibe y refleja, produciendo un mayor brillo y centelleo que los diamantes de menor pureza.
Estas dos cualidades influyen en el precio del diamante, que aumenta cuanto mayor sea su grado de pureza.